De lo incondicional (sobre el libro ‘Mallko y papá’)
Fuente. El Espectador / Septiembre 2019
Él hablaba de la montaña y de una meditación que duraba por lo menos cuatro días sin alimento ni agua, a la intemperie, como sembrado en la tierra, confundiéndose con las raíces y esperando, en silencio, a que los pájaros caminaran por sus brazos, o a que un mensaje llegara en forma de sueño o alucinación. Una visión de sí mismo.
Luego entendí que esa búsqueda, espiritual si se quiere, había comenzado en parte desde que pidió al universo "la oportunidad de experimentar el amor incondicional". Y el universo, que todo lo concede, le dio un hijo con Síndrome de Down. Ese hijo se llama Mallko. Y cuando nació "no era como lo había imaginado. Llegó antes de tiempo, sin avisar, y… no lo acepté (…) Es la verdad. Mi verdad". A Mallkito solo se le puede amar con amor incondicional, algo así me dijo Gusti, y pudo ver entonces que "él está bien así como está", que no necesita haber sido otro, que "diferente es igual". Al fin, "papá venció al miedo".
En su libro, que recomiendo a todo tipo de público, Gusti registra ese proceso de aceptar a Mallko y cómo empieza a verlo con la misma curiosidad y sorpresa que tiene el niño para vivir en su propio universo, un universo de juego, abrazos e historias que necesita repetir hasta el cansancio: "aceptar es recibir voluntariamente y con agrado lo que se nos ofrece".
¿Sabes cuál fue una de las primeras lecciones que recibió Gusti? Descúbrelo leyendo más en esta entrevista con el autor. Da clic aquí: https://www.elespectador.com/noticias/noticias-de-cultura/de-lo-incondicional-sobre-el-libro-mallko-y-papa-articulo-883039